¿Cómo elegir un gel de ducha adecuado para nuestra piel?

¡Buenos días a todos!

 El gel de ducha puede ser crucial para tener una piel sana, sin irritaciones y bien hidratada, pero ¿cómo puede ser que algo tan cotidiano pueda influir tanto en la salud de nuestra piel? La respuesta parece bastante obvia; porque lo usamos todos los días.

 

¿Cómo elegimos un gel de ducha adecuado para nuestra piel?

Aquí vienen las dudas… ¿parafarmacia o supermercado?, ¿jabón o syndet? ¿uno para toda la familia o hay que adecuarlo a cada tipo de piel?

Si además introducimos en la ecuación que el producto sea respetuoso con el medio ambiente, no contenga disruptores hormonales o sulfatos entonces nos encontramos con que elegir un buen gel de ducha puede ser incluso más difícil que descifrar la etiqueta de algunos alimentos procesados.

Vamos a sintetizar la información realmente importante y desmontar algunos mitos…

 

¿Cómo actúa un producto de limpieza?

Los productos de limpieza de la piel están compuestos por surfactantes o tensoactivos. Consiguen limpiar nuestra piel porque tienen un extremo hidrófilo y otro lipófilo, es decir, pueden unirse tanto al agua como a la grasa. La suciedad es habitualmente grasa, por lo que cuando un surfactante se une a la grasa, disminuye la tensión superficial (o fuerza) con la que está unida a la piel y hace que al aclarar o frotar esta grasa se elimine con mayor facilidad.

 

¿Qué tipos de productos existen?

Los jabones son surfactantes naturales compuestos por una grasa y un álcalis y los syndets (“sin detergente”, “synthetic detergent” o “jabón sin jabón) son surfactantes sintéticos.

 

¿Por qué se dice entonces que un syndet es mejor que un jabón?

Los productos naturales están de moda, pero no nos olvidemos de que natural no necesariamente significa mejor. Esto podemos aplicarlo a los jabones. La piel tiene un pH aproximado de 5,5, mientras que los jabones tienen un pH de entre 7 y 10. Esta diferencia puede dañar el manto lipídico de la piel y alterar su función barrera, provocando irritaciones, sequedad o desencadenando brotes de patologías dermatológicas como la dermatitis atópica.  Los syndets, por el contrario, suelen tener un pH más similar al de la piel, por lo que suelen ser menos irritantes.

 

¿Todos los syndets son iguales?

No; Los denominados aniónicos, tienen un poder limpiador alto, así como una gran capacidad espumante, pero pueden ser también irritantes, por lo que hay que utilizarlos con cuidado en algunos tipos de piel (pieles atópicas, pieles sensibles o la piel de los bebés). Dentro de este grupo se encuentran algunos de los famosos sulfatos, en concreto el SLS (sodium lauryl sulfate) y el  SLES (lauril éter sulfato sódico), que es algo menos irritante. Hay que recordar que cuando hablamos de sulfatos, tendemos a relacionarlos con estos dos activos concretos, pero existen sulfatos mucho menos irritantes, como por ejemplo el coco sulfate.

Existen otros surfactantes llamados anfóteros, que tienen menor capacidad limpiadora pero también menor capacidad irritante y espumante. Éstos pueden formularse junto con algunos sulfatos, disminuyendo así su efecto irritante y mejorando su tolerancia. La mayoría de productos que encontramos en el mercado son de este tipo.

 Por último, existe un tipo de surfactantes llamados no iónicos que se utilizan sobre todo en niños, dado su bajo poder irritante. No producen espuma y su capacidad limpiadora es la menos potente (pero suficiente para una higiene adecuada).

Aclarado esto, vamos a la práctica:

 

¿Podemos utilizar el mismo producto para el cuerpo y para la cara?

En términos generales no. La piel de la cara acumula como norma más suciedad. El maquillaje, la polución y la mayor cantidad de poros en esta zona hace que la limpieza sea el paso más importante de nuestra rutina cosmética diaria. Además, en la cara existen patologías específicas como el acné o la rosácea que pueden agravarse por una limpieza incorrecta no adecuada a estas particularidades.

 

¿Podemos utilizar el mismo limpiador para toda la familia?

Sí, siempre y cuando utilicemos el producto más adecuado para el miembro de la familia con la piel más sensible. Por ejemplo; en familias con algún miembro con dermatitis atópica severa o un bebé se deberán utilizar syndets no iónicos. Estos productos suelen ser más caros, por lo que puede reservarse su uso para ese miembro de la familia y el resto utilizar un syndet de otro tipo.

 

¿Qué debemos buscar entonces en la etiqueta de un gel de baño?

Como norma general debemos evitar los jabones naturales (jabón de lagarto o jabones caseros) dado su alto poder irritante. En la etiqueta pueden aparecer como estearato de sodio, estearato de potasio, oleato de sodio o palmitato de sodio. 

La realidad es que la mayoría de productos comercializados hoy en día en la UE son syndets, aunque no lo indique de forma expresa en el envase.

 Si tenemos una piel sensible o atópica debemos evitar sulfatos aniónicos como el SLS y el SLES, sobre todo el SLS. Ojo, no debemos confundir que sean potencialmente irritantes con que sean tóxicos. Son más baratos, y por tanto se utilizan mucho en cosmética. Bien formulados, con surfactantes anfóteros por ejemplo, se toleran mejor. Esto encarece el producto, pero hace que sea una opción más adecuada para pieles más sensibles. Los surfactantes anfóteros más utilizados son: coco betaine, cocamidopropyl betaine, disodium cocoamphodiacetato, cetyl betaine, disodium cocoamphodipropionate o lauroamphopropionate.

 Para la piel de los bebés o pieles con dermatitis atópica severa se deben buscar tensoactivos no iónicos, como el coco glucoside, lauryl glucoside o decyl glucoside.

 

¿Qué pasa con los parabenos?

Los parabenos se utilizan como conservantes para que el producto se mantenga estéril y no se contamine con microorganismos. Los parabenos que se utilizan actualmente y a las dosis a las que se utilizan en cosmética no son disruptores endocrinos y son completamente seguros. Existe una regulación muy estricta al respecto. Existen alternativas a los parabenos para aquellos que busquen siempre ingredientes naturales.

  

Recordad, natural no es siempre sinónimo de seguro ni sintético significa tóxico (para más info de cosmética sostenible leeros el artículo de Inés aquí). Muchas veces asumimos lo que se lleva haciendo “toda la vida” como lo más sano o lo mejor. Y por último, un jabón que haga espuma no tiene mayor capacidad limpiadora, es sólo una cuestión de cosmeticidad.

 

¿Vosotr@s qué utilizáis como limpiador corporal? ¿Sabéis cuál es el más adecuado para vuestra piel? Esperamos que después de leer este artículo lo tengáis un poco más claro y si no aquí tenéis algunos de nuestros favoritos.

 

¡Buen fin de semana!

 

Dra. Andrea Allende