5 claves para entender la protección solar

Much@s nos preguntáis cómo interpretar el factor de protector solar (o SPF, siglas en inglés). Hoy os contamos algunas claves para entender de qué se trata. ¡Atentos! 

 

1.    La radiación ultravioleta (UV) que nos llega a la Tierra incluye la A y B (UVA, UVB), y son las más conocidas por todos nosotros. Existe también la UVC aunque ésta no llega a la superficie terrestre ya que es absorbida por la capa de ozono. Los UVB suponen menos del 5% de toda la radiación recibida, pero sus efectos son distintos a los del UVA, a pesar de que éstos alcanzan capas más profundas de la piel. La intensidad de los UVB es mayor alrededor del medio día, mientras que los UVA se mantienen estables durante todo el día.

Imagen de Sungrubbies

Imagen de Sungrubbies

 

2.    Los efectos de la radiación solar. Casi todos sus efectos son perjudiciales, ya sean agudos o crónicos, con la excepción de su implicación en la síntesis de vitamina D, la cual es inducida por el UVB. Los efectos agudos incluyen la quemadura solar (eritema), pigmentación o bronceado, y ciertas alteraciones inmunológicas, la mayoría de las cuales son causadas por el UVB. Entre los crónicos destacan el envejecimiento de la piel (del cual es el factor externo más importante) y la predisposición a cáncer cutáneo de todos los tipos (carcinoma basocelular, carcinoma escamoso, melanoma y otros menos frecuentes). La exposición a las radiaciones tiene efectos moleculares y celulares como daño en el ADN, generación de radicales libres o expresión de ciertos genes. En general, el UVB es responsable de las quemaduras, mientras que el UVA tiene un papel importante en el fotoenvejecimiento.

3.    Aunque sabemos que los filtros solares que utilizamos actualmente no consiguen una protección completa, éstos sí pueden ser suficientes en la mayoría de personas si son utilizados correctamente. También sabemos que evitan la mayoría de los efectos agudos y crónicos que hemos comentado más arriba.

Los filtros solares fueron creados con la intención de disminuir el eritema solar. Su espectro de acción es mucho más efectivo para el UVB que para el UVA, y por este motivo los primeros filtros que salieron al mercado sólo protegían frente al UVB (que como ya hemos dicho, son responsables de las quemaduras pero no tienen un papel directo en el envejecimiento). Posteriormente, se incorporaron a los filtros ya existentes aquellos que también protegían contra UVA. En el packaging los encontraréis con un símbolo donde las siglas UVA se incluyen dentro de un círculo.

Por otro lado, cada país tiene leyes regulatorias distintas en cuanto a los fotoprotectores; por eso en países como EEUU son considerados medicamentos que pueden adquirirse sin receta médica, mientras que en la UE se venden como cosméticos.

fotoproteccion

4.    ¿Qué significa el factor de protección solar (FPS o SPF)? El SPF, siglas de Sun Protection Factor, realmente mide el factor de protección a “quemadura solar”. Nos indica cuánto tiempo tarda la radiación ultravioleta en quemar la piel cuando usamos crema (medido en dosis eritematosa mínima o DEM) comparado con el tiempo que tarda sin ella

SPF= DEM con fotoprotector / DEM sin fotoprotector

 No olvidéis que estos test se realizan en voluntarios sanos y en laboratorio en condiciones controladas, aplicando la cantidad correcta que corresponde a 2mg/cm2, que en la práctica es una cantidad muy superior a la que usamos realmente.

Para entenderlo mejor, un ejemplo sencillo sería pensar que aplicando un SPF 50 el sol tardará 50 veces más en provocar una quemadura de lo que tardaría sin aplicar el SFP. Como dermatólogas, os recomendamos que siempre uséis protectores solares con un SPF 30 o 50. 

Pero todo esto que os hemos contado sólo es válido para el UVB. Así que si queréis evitar los efectos de las radiaciones sobre el envejecimiento de la piel (arrugas, manchas, rugosidades) debéis protegeros también del UVA.

5.    ¿Y qué ocurre con la vitamina D? No se ha podido demostrar que el uso de filtros solares, en condiciones reales, evite las síntesis de vitamina D. Aunque actualmente éste es un tema controvertido, varios estudios confirman que en realidad nos aplicamos mucho menos fotoprotector del que deberíamos, o al menos mucho menos del que se supone que nos protege tal y como dicen los test realizados en laboratorio. Estos datos, junto al riesgo de carcinogénesis de las radiaciones solares, nos obligan a seguir protegiéndonos siempre que nos expongamos, y sobretodo adaptándonos a la hora del día, el color de piel, su capacidad para broncearse (fototipo), etc. 

Os animamos a que sigáis usando fotoprotectores (aquí una breve guía para usarlos adecuadamente), y por si seguís con dudas… os dejamos un vídeo donde Allure os cuenta cómo ha cambiado nuestra forma de protegernos durante los últimos 100 años!

Dra. Sara Gómez

Bibliografía:

Ultraviolet radiation and the skin: Photobiology and sunscreen photoprotection. Antony R. Young et al. J Am Acad Dermatol. 2017 Mar.

Acosta LR, Archer CB, Armstrong B, et al. Global UV index: a practical guide. A joint recommendation of the World Health Organization, World Meteorological Organization, United Na- tions Environment Program, and the International Commission on Non-Ionizing Radiation Protection. WHO/SDE/OEH/02.2.