Episodio 36: LO QUE NECESITAS SABER SOBRE CICATRICES DE ACNÉ

Hoy hablamos de cicatrices, un tema apasionante, pero a la vez extenso, así que vamos a centrarnos en las cicatrices de acné.

Como muchos sabéis, el acné es una enfermedad de la piel muy frecuente, pudiendo afectar casi al 90% de adolescentes, pero que también se sufre en la edad adulta, especialmente en mujeres, donde llega a afectar a un 14% de la población. Y de todos estos pacientes que lo sufren, se ha visto que hasta un 95% pueden desarrollar cicatrices como secuela.

Además, tanto el propio acné como las cicatrices que provoca, afectan enormemente a la calidad de vida, generando estrés, ansiedad, depresión, empeorando las relaciones sociales e incluso las laborales. Por ello, hemos querido dedicar este episodio a tratar el tema, porque la clave está, como siempre, en un diagnóstico correcto y un tratamiento efectivo y precoz del acné y así prevenir o minimizar el desarrollo de cicatrices permanentes.

¿Qué cicatrices existen?

  1. ATRÓFICAS: Se trata de lesiones deprimidas o hundidas, por pérdida de tejido. En función del tamaño y la profundidad se subdividen en: icepick, boxcar y rolling, y cada tipo deberá ser tratado de forma distinta.

  2. SOBREELEVADAS: Estas son cicatrices abultadas y se dividen en hipertróficas y queloides. Son más frecuentes en tronco que a nivel facial.

  3. MACULARES: Son en realidad manchas que pueden ser rojizas (lo más frecuente), hiperpigmentadas o hipopigmentadas.

¿Por qué es importante saber reconocer los tipos de cicatrices?

Es crucial conocer su clasificación, así como saber reconocerlas, ya que en función del tipo de cicatriz, habrá un tratamiento o combinación de tratamientos que ofrezcan mejores resultados. También es importante de cara a las expectativas de mejora o el número de sesiones que serán necesarias, no es lo mismo tratar una cicatriz profunda y compleja que una hiperpigmentación postinflamatoria o una cicatriz muy superficial.

¿Qué factores aumentan el riesgo de desarrollar cicatrices de acné?

Se ha visto que dejar el acné sin tratar es el principal factor de riesgo, pero otros son: manipular las lesiones o el antecedente familiar de cicatrices de acné. Además, aunque cualquier tipo de lesión de acné (pústulas, comedones, quistes, etc) puede provocar cicatrices, las que más riesgo tienen son las lesiones profundas y muy inflamatorias. Por ello es importante iniciar cuanto antes un tratamiento eficaz frente al acné.

¿Qué opciones de tratamiento existen para las cicatrices de acné?

En primer lugar, hay que aclarar que, por norma, se suelen combinar distintos tratamientos en un mismo paciente, tanto de forma simultánea en una misma sesión, como de forma secuencial dentro de un plan de tratamiento a largo plazo. En primer lugar, porque casi todos los pacientes presentan cicatrices de distinto tipo y por tanto que requieren diferentes abordajes, pero también, porque ciertas combinaciones se potencian entre ellas y mejoran los resultados.

  1. COSMÉTICA: Esto no lo consideramos un tratamiento como tal para cicatrices, sin embargo es crucial como complemento a casi todos los tratamientos, y además de potenciar los resultados, mejora la calidad de la piel y puede ayudar a mantener a raya el acné activo. Además de la cosmética, también incluimos aqui ciertos TRATAMIENTOS TÓPICOS, especialmente las fórmulas magistrales, que son fundamentales para preparar la piel antes de algunos procedimientos y para prevenir efectos secundarios indeseados como la hiperpigmentación postinflamatoria.

  2. PEELINGS: Hay muchos tipos de peelings (os hablamos de ellos aquí), los más superficiales no se utilizan como tratamiento de cicatrices, pero al igual que la cosmética, pueden ayudar a mejorar el aspecto de la piel. Otros peelings más profundos sí pueden aportar beneficio aunque en general, se utilizan como complemento a otros tratamientos más potentes. Algunos ejemplos son los peelings de ácido tricloroacético.

  3. Técnica CROSS: Este procedimiento es un tipo especial de peeling en el que se aplica el ácido tricloroacético a altas concentraciones de forma puntual sobre las cicatrices más profundas a fin de estimular el remodelado cutáneo de esa zona localizada. Suele ser un primer paso antes de realizar otros tratamientos más integrales en toda la cara.

  4. CIRUGIA: La cirugía se reserva para cicatrices muy profundas, que probablemente no mejoren con otras técnicas. Aqui el objetivo es sustituir una cicatriz muy evidente (provocada por la lesión de acné), por otra más sutil (la que dejamos al suturar la piel tras retirar la cicatriz inicial).

  5. SUBCISION: Es una técnica mediante la cual pretendemos eliminar los tractos fibrosos que tiran de la piel hacia abajo, deprimiéndola y provocando un aspecto ondulado en la superficie cutánea. Se realiza introduciendo un instrumento cortante a través de la piel y haciendo un movimiento en abanico justo en la zona donde existe esa fibrosis, debajo de la cicatriz deprimida. Generalmente, es un paso previo a la realización de otros procedimientos, como el remodelado con rellenos dérmicos.

  6. RELLENOS DERMICOS: Los fillers se utilizar para reponer el volumen de las cicatrices más hundidas, y muchas veces es necesario el paso previo de la subcisión para garantizar un buen resultado. Aunque pueden usarse distintos fillers, el más utilizado es el ácido hialurónico.

  7. INFILTRACIONES TRIGON: Las infiltraciones con trigón (u otras sustancias) se utilizan para cicatrices sobreelevadas tipo queloides o hipertróficas, con el objetivo de aplanar la cicatriz provocando una atrofia en el tejido tratado.

  8. MICRONEEDLING: Consiste en relizar microperforaciones en la piel con unas agujas muy pequeñas, para estimular el remodelado cutáneo y la regeneración del colágeno. Puede hacerse mediante métodos manuales (dermarroller) o mecánicos (dermapen). En general, es un tratamiento con unos resultados discretos y con el que son necesarias múltiples sesiones, sin embargo, tiene la ventaja de ser un procedimiento bastante seguro y cuya recuperación posterior es muy rápida, de unos 2 días, por lo que suele ser el elegido por pacientes que no pueden permitirse una baja social más larga.

  9. PLASMA RICO EN PLAQUETAS (PRP): Este tratamiento consiste en el uso de una fracción de la sangre rica en plaquetas y factores de crecimiento que estimulan la regeneración tisular. La extracción de sangre se realiza el mismo día del tratamiento y el PRP puede aplicarse de forma tópica (en gel por ejemplo) o intradérmica (como una mesoterapia). Se ha visto que este tratamiento mejora el aspecto de las cicatrices, pero lo más eficaz es realizarlo como complemento de otros tratamientos más potentes, ya que además de potenciar los resultados, consigue una recuperación más rápida de la piel, disminuyendo las molestias tras los tratamientos y acortando el periodo de baja social.

  10. LÁSERES VASCULARES: Estos láseres son los de elección para el tratamiento de cicatrices sobreelevadas tipo queloides o hipertróficas, en combinación con las infiltraciones de trigón. También se usan para las cicatrices eritematosas o rojizas. El más utilizado en este caso es el Láser de colorante pulsado (PDL), pero también se usan la Luz pulsada Intensa o el KTP.

  11. LÁSERES FRACCIONADOS NO ABLATIVOS (LFNA): Estos láseres provocan unas microcolumnas de daño térmico en la piel alcanzando la dermis y estimulando el remodelado cutáneo, pero sin actuar en la capa más superficial de la piel, la epidermis. Por ello son tratamientos que no provocan la aparición de costras y cuya recuperación es más rápida que con otros láseres que sí actúan a nivel epidérmico, unos 5 días aproximadamente. Suelen ser necesarias entre 4 y 8 sesiones que se separan 1-2 meses.

  12. LÁSERES FRACCIONADOS NO ABLATIVOS (LFA): Funcionan de forma similar a los LFNA, aunque en este caso, sí actúan en la epidermis y por tanto el postoperatorio es más largo, generalmente de unos 10-15 días y sí aparecen costritas, además de un mayor edema. Por otro lado, con ellos el eritema puede durar meses, siendo algo que entra dentro de lo normal. Se suelen realizar entre 2 y 4 sesiones, y se separan 2-3 meses.

A continuación, os dejamos un resumen con las ideas más importantes del episodio de esta semana:

  • Si existe acné activo debe tratarse de forma prioritaria y paralelamente a las cicatrices.

  • La elección de un tratamiento u otro depende del tipo de cicatriz, color de piel, época del año, posibilidad de baja social, presupuesto...

  • Se suelen combinar distintos tratamientos de forma simultánea o secuencial.

  • Generalmente se requieren múltiples sesiones sea cual sea el procedimiento.

  • En general, los tratamientos más eficaces tienen un periodo de recuperación más largo.

  • Con ciertos tratamientos que estimulan el remodelado cutáneo, debemos tener en cuenta que ese remodelado es un proceso lento y a largo plazo, por tanto, la valoración del resultado final, no debe hacerse precozmente, ya que en ocasiones, hasta un año después continua habiendo mejoría.

  • No hablamos de eliminar cicatrices, pero sí de mejorarlas.

¡Esperamos que os haya parecido interesante!

¡Feliz día!

Dra. Sofía de Asís

  1. Boen M, Jacob C. A Review and Update of Treatment Options Using the Acne Scar Classification System. Dermatol Surg. 2019;45(3):411-422. doi:10.1097/DSS.0000000000001765.

  2. Estrella Porter J, Camacho M, Viteri MI et al. Pilot study for the evaluation and adaptation of a Four Item-Acne-Scar Risk Assessment Tool (4-ASRAT): a resource to estimate the risk of acne-induced scars. 2020,9:65. https://doi.org/10.12688/f1000research.23737.1.

  3. Kravvas, Georgios, and Firas Al-Niaimi. “A Systematic Review of Treatments for Acne Scarring. Part 1: Non-Energy-Based Techniques.” Scars, Burns & Healing, Jan. 2017, doi:10.1177/2059513117695312.