5 LESIONES FACIALES HABITUALES EN LA CONSULTA DE DERMATOLOGÍA ¿LAS CONOCÍAIS?

Un motivo frecuente de consulta al dermatólogo son las lesiones faciales. A continuación os detallamos 5 tumores benignos que con frecuencia nos preguntáis en la práctica clínica diaria. ¿Los conocíais?

  • ANGIOMAS CAPILARES o PUNTOS RUBÍ: son lesiones vasculares benignas muy comunes que suelen tener apariencia como de “una cereza” (“bultitos” de color rojo vivo, circulares y pequeños). Se pueden presentar casi en cualquier parte del cuerpo, aunque son más frecuentes en el tronco.

  • QUERATOSIS SEBORREICAS: Son tumores benignos que muchas veces adoptan apariencia de verrugas y coloración marrón o negruzca por lo que pueden causar preocupación. No están causadas por el virus del papiloma humano ni tienen comportamiento maligno. “Queratosis” significa engrosamiento de las capas más superficiales de la piel, y “seborreica” hace referencia a su tacto untuoso en muchos casos.

  • XANTELASMAS: Son lesiones cutáneas producidas por el depósito de lípidos (grasas) debajo de la piel. Suelen presentarse como placas amarillentas-anaranjadas, aterciopeladas, de localización palpebral. En ocasiones su presencia puede asociarse a enfermedades metabólicas.



  • SIRINGOMAS: son tumores anexiales benignos de origen ductal ecrino. Se caracterizan por la aparición de “pequeños granitos” redondeados de color piel normal o amarillenta localizados preferentemente en párpados. Pueden aparecer en un número variable y suelen agruparse, formando placas.



  • HIPERPLASIAS SEBÁCEAS: son agrandamientos benignos de la glándula sebácea alrededor del folículo piloso. Se manifiestan como pequeñas “protuberancias” con un hundimiento central, de color amarillento o del de la piel normal. Suelen situarse en zonas ricas en sebo, como la frente o zona central de la cara.

Es importante saber detectar estas lesiones y diferenciarlas de otras porque se pueden confundir con tumores malignos. Para ello, muchas veces nos ayudamos en la consulta del dermatoscopio que es una herramienta que se basa en la transiluminación de la lesión cutánea y la amplificación de la imagen mediante lentes, mejorando la visibilidad de estructuras cutáneas no visibles a simple vista.

Respecto al tratamiento no suele ser necesario excepto por motivos estéticos o porque causen molestias importantes. Pueden eliminarse de diferentes formas: electrocoagulación, crioterapia, cirugía, láser, u otras alternativas. El dermatólogo es el que mejor puede explicar las posibilidades terapéuticas existentes, así como sus ventajas e inconvenientes.

¡Ante dudas, no olvidéis en consultar y confiar tu piel a a vuestr@ dermatolog@!

Feliz semana

Dra. Laura Berbegal