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Luz pulsada o IPL. ¿Qué debo saber?

Los distintos tipos de láser de los que disponemos los dermatólogos permiten tratar muchos tipos de trastornos de la piel. Uno de nuestros dispositivos preferidos es la luz pulsada (IPL, siglas en inglés de intense pulsed light) por su versatilidad, eficacia y seguridad

 

¿Cómo funciona un láser?

A modo de resumen, sabemos que el láser actúa calentando una estructura específica de la piel hasta destruirla, pero sin dañar el tejido adyacente. Para conseguirlo, utilizamos láseres con una longitud de onda específica. 

Por ejemplo, cuando tratamos lesiones vasculares la estructura diana es la oxihemoglobina del interior de los vasos, la cual absorbe el calor del láser, y acaba dañando el vaso produciendo su destrucción. 

 

¿Qué podemos tratar con la luz pulsada?

La luz pulsada es muy eficaz para tratar el siguiente tipo de patologías:

·     Fotoenvejecimiento de la piel (facial, escote, dorso de manos… )

·     Lesiones pigmentadas (como léntigos solares)

·     Lesiones vasculares (telanguectasias, cuperosis, puntos rubíes…)

·     Mejora la textura global de la piel gracias a la formación progresiva de colágeno.

·     Es eficaz para depilación (aunque ya hablamos de esto en otro post).

Para algún tipo de lesiones debemos asociar otros láseres si queremos conseguir mejores resultados como Q-switch, Nd:YAG, etc. 

 

¿Qué precauciones debo tener antes de realizarme un IPL?

La rosácea y los léntigos solares son algunas de las indicaciones del tratamiento con IPL.

En primer lugar es imprescindible asesorarnos por un dermatólogo para realizar un correcto diagnóstico de la piel. Debemos descartar patología y lesiones que no deben ser sometidas a estas fuentes de luz (lesiones premalignas o malignas, melasma, etc). Además, en la mayoría de los casos recomendamos preparar la piel con cosmética específica para obtener mejores resultados (hidroquinona, retinoides tópicos, etc). 

Por otro lado, debemos tener en cuenta que las épocas de más luz y calor (primavera-verano) son en general las menos apropiadas si queremos obtener buenos resultados.

 Además, utilizar fotoprotección solar los meses de antes y sobretodo de después del tratamiento (y evidentemente a largo plazo) aumenta las posibilidades de éxito del IPL. 

 

¿Cada cuanto puedo hacerme un IPL?

Cuando un paciente quiere someterse a IPL acostumbramos a recomendar entre 2-3 sesiones el primer año, y posteriormente una sesión anual de mantenimiento, aunque como siempre debemos individualizar en cada paciente. 

 

¿Cómo realizamos el IPL? ¿Qué ocurre después?

 Se trata de un procedimiento no doloroso aunque en algunas pieles puede ser ligeramente molesto. Sin embargo, no necesitamos aplicar anestesia previamente. 

Con la piel limpia y tras aplicar una capa de gel, protegemos con gafas específicas al paciente y realizamos disparos en toda la superficie de piel a tratar (cara, escote, dorso de manos…). El paciente nota un calor localizado, como un pequeño pinchazo que desaparece rápidamente y que suele ser bien tolerado. A los pocos minutos, la piel se enrojece y se oscurecen las manchas, y poco después puede aparecer una inflamación ligera que dura unos 2 días y que confiere un aspecto saludable a nuestra piel. 

Aproximadamente 2 semanas después de la sesión las manchas que previamente se habían oscurecido irán desapareciendo. 

Ahora que ya sabéis en qué consiste y para qué lo utilizamos… ¿Os animáis?

Dra. Sara Gómez